miércoles, 5 de septiembre de 2012

¿Tú que tomas para el estreñimiento?

Anuncio (emitido en varias cadenas de televisión españolas)

Una señorita (señorita nº 1) le dice a otra (señorita nº 2):

- ¿Tú que tomas para el estreñimiento?

En ese momento aparecen dos hombres con casco que agarran a la señorita nº 1 y se la llevan en volandas. La señorita nº 1 grita aterrorizada mientras la suben por una escalera y la llevan a un lavabo de señoras, debidamente señalizado con una silueta femenina blanca sobre fondo azul. 

Interpretación nº 1

La señorita nº 1 es la espía de un gobierno extranjero. Tiene que contactar con otra espía, infiltrada en el gobierno local. "¿Tú que tomas para el estreñimiento?" es la contraseña para darse a conocer.

La señorita nº 2 pertenece a los servicios de inteligencia del gobierno local y está suplantando a la espía infiltrada a fin de localizar a la otra espía. En cuanto esta se delata al dar la contraseña, la señorita nº 2 pulsa un botón y dos agentes se llevan a la espía enemiga.

La señorita nº 1 grita aterrorizada porque sabe que la van a torturar para conseguir información. 

El lavabo de señoras es la tapadera de una entrada secreta al centro de los servicios de contraespionaje.

Interpretación nº 2

Una desvergonzada señorita nº 1 pretende provocar a la inocente señorita nº 2 con una grosera pregunta cargada de segundas intenciones: "¿Tú que tomas para el estreñimiento?". Por desgracia para ella, la pregunta es oída por el novio y el hermano de la señorita nº 2, que acaban de bajarse de sus motos, y que se dan perfecta cuenta de las segundas intenciones de la pregunta.  

El hermano y el novio de la señorita nº 2 agarran en volandas a la señorita nº 1 y se la llevan al lavabo de señoras, mientras ella grita aterrorizada porque comprende que le van a a hacer un drástico lavado de boca para que aprenda a no hacer preguntas groseras con segundas intenciones.

Interpretación nº 3

La señorita nº 1 se encuentra con su amiga, la señorita nº 2. En lugar de hablarle del tiempo, costumbre pasada de moda, le hace una de esas preguntas que es normal hacerse entre amigas bien educadas: "¿Tú que tomas para el estreñimiento?".

La pregunta es oída por un par de bomberos que se encuentran cerca y que interpretan que la señorita nº 1 está estreñida, por lo que, con gran sentido de la responsabilidad y de su dedicación a resolver problemas, se la llevan corriendo en volandas a un lavabo de señoras para ponerle un supositorio laxante de efecto inmediato.

La señorita nº 1, que no comprende lo que ocurre, grita aterrorizada.

¿Cual es la interpretación correcta?

Depende de lo que diga la señorita nº 2 a continuación:

1 - Invitar a los espectadores a formar parte de los muy eficientes servicios secretos y vivir una vida llena de emocionantes aventuras.
2 - Invitar a los espectadores a utilizar todas las noches un enjuague bucal que deja los dientes blanquísimos al tiempo que fortifica las encías.
3 - Invitar a los espectadores a, en caso de estreñimiento ocasional, utilizar un determinado supositorio laxante que te deja como nuevo.

Como el lector es inteligente, habrá adivinado que la interpretación correcta es la más absurda, o sea, la tercera, aunque, en aras a la verdad, debo decir que los cascos de los hombres que se llevan a la señorita nº 1 no son de bombero. Pero, si no son bomberos ¿qué son? ¿Miembros de una ONG de auxilio a los estreñidos? ¿Agentes de la compañía farmacéutica fabricante de los supositorios, que busca casos reales para probarlos después de haberlos experimentado en cobayas?

Consideraciones adicionales

El lector también se habrá dado cuenta de que la señorita nº 2 utiliza la palabra "ocasional" referida al estreñimiento. Esto se debe a que, al parecer, hay dos clases de estreñimientos: el ocasional y el crónico, y, la verdad, ponerse un supositorio diario para el crónico puede dar lugar a escozores desagradables.

Afortunadamente, además de anuncios de supositorios, pastillas y jarabes para el estreñimiento ocasional, existen también multitud de anuncios de productos, generalmente lácteos, de efectos beneficiosos para el crónico.

Curiosamente, todos los anuncios de productos contra el estreñimiento (ocasional o crónico) están protagonizados por mujeres (¿es una dolencia solo femenina el estreñimiento?) que, dándose golpecitos en el vientre o haciendo con la mano movimientos circulares sobre él, intentan convencer a otras mujeres, como si de una nueva religión se tratara, de los beneficios para el "bienestar digestivo" de tomar dichos productos. A veces organizan reuniones de adictas con una neófita, para convencerla, y cuando la neófita prueba el producto y dice: "¿de veras que es desnatado?" todas se rien como si tuviera muchísima gracia.

Por supuesto, se trata solo de anuncios, porque lo que en realidad toman todas las mujeres contra el estreñimiento, tanto ocasional como crónico, es un kiwi en ayunas.




3 comentarios:

  1. jajajajajajajjaja....que bueno!
    Sole

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  2. ¡Sí señor! me he reído un rato, pero en realidad creo que no deberías trivializar sobre cosas tan serias. Está clarísimo que la interpretación correcta es la 1, y las demás sólo son ganas de poner en ridículo a los servicios de inteligencia.

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  3. Los anuncios de estreñimiento son protagonizados por mujeres porque tenemos más problemas que los hombres. Esto se debe a un problema educacional, a los hombres no se les deja llorar ni expresar sus sentimientos, deben de ser rudos, fuertes e incluso no se ve del todo mal que sean groseros, de ahí que se tiran pedos y no tienen ningún problema a la hora de ir al baño. A las mujeres no se nos permite rascarnos nuestras partes en público, debemos tener las piernitas bien juntitas, etc. en fin, que más que educación, a sido sometimiento. Jamás entenderé porqué cuando somos pequeños debemos tirarnos pedos, eructos y lo que se tercie para tener la barriga sana y luego las reglas nos lo prohíben. A mí me cambiaría la vida si pudiera tirarme pedos a gusto y en cualquier sitio, que llego a casa con un dolor insoportable de estar todo el día aguantando. El ser humano es un imbécil.

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