jueves, 25 de abril de 2013

Ordenadores en el arte - Manuel Quejido

Cinco "secuencias" del pintor sevillano Manuel Quejido, de la época en que participaba en el Seminario de Análisis y Generación de Formas Plásticas del Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid (1969-74)





sábado, 20 de abril de 2013

Adán y Eva - 3 - El relato bíblico

James Ussher (1581-1656), arzobispo de Armagh (Irlanda), debe su fama a haber calculado con extrema precisión que Dios creó el mundo al atardecer del 22 de octubre del año 4004 antes de Cristo. No fue el único que utilizó los datos que proporciona la Biblia para calcular esa fecha: científicos de tanto renombre como Johannes Kepler (1571-1630) e Isaac Newton (1642-1727) calcularon que fue en el 3992  y en el 4000 a.C. respectivamente. Pero ¿que datos proporciona la Biblia?

Desde Adán y Eva hasta Salomón la Biblia nos da la lista ininterrumpida de padres e hijos con la edad del padre cuando lo tuvo (hay distintas versiones, algunas con cifras disparatadas, fruto probable de traducciones incorrectas). Desde Salomón hasta la destrucción del templo de Jerusalén y la cautividad en Babilonia, da la longitud de cada uno de los reinados, y desde ese momento en adelante, los hechos relatados se pueden correlacionar con hechos históricos contrastados.

Con un margen de error, que puede ser relativamente alto, y prescindiendo de que evidentemente toman los siete días de la creación literalmente como siete días normales, parece claro que la Biblia sitúa a Adán y Eva en Mesopotamia, donde localiza al jardín del Edén, en los alrededores del año 4000 a.C. Me parece importante notar que es precisamente por esas fechas cuando en Mesopotamia se produce la transición de la prehistoria a la historia.

Pero ¿no eran Adán y Eva los padres de todo el género humano? ¿Como se compagina esto con que los primeros homo sapiens aparecieran en África unos 190.000 años antes?

Creo que en el relato del Génesis se mezclan dos parejas Adán-Eva: una "mítica" que es expulsada del Jardín del Edén 190.000 o más años antes, y otra, que podemos llamar "histórica", de la que descienden los "hijos de Dios". Dice el Génesis al principio del capítulo 6: "Cuando comenzaron a multiplicarse los hombres sobre la tierra y tuvieron hijas, viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron de entre ellas por mujeres las que bien quisieron".

La interpretación más corriente de este párrafo es que los "hijos de Dios" son Set (tercer hijo de Adán y Eva) y sus descendientes, mientras que las "hijas de los hombres" son las descencientes de Caín (el primer hijo). Yo más bien creo que simplemente Set (hijo de la pareja "histórica") y sus descendientes tomaron por esposas a hijas de sus coetáneos. Claro que, si suponemos que Caín era hijo de la pareja "mítica", ambas interpretaciones son compatibles.

Desde el punto de vista religioso lo importante es, por supuesto, la historia de la pareja "mítica". No porque existiera de hecho, sino porque en su relato se encuentran algunas importantes ideas teológicas. La primera es que el hombre fue "modelado" por Dios. A partir de algo preexistente: "arcilla" para el relator, que difícilmente podría imaginar la evolución. Nosotros podemos perfectamente aceptar que lo "modeló" a partir del mono.

El "mono" evolucionó pasando a ser "homínido" y, finalmente, "hombre". Pero ¿en que momento el "hominido" pasa a ser "hombre"? El relato bíblico nos da una pista: Cuando come del árbol de la ciencia del bien y del mal. Es decir, cuando fue capaz de distinguir entre el bien y el mal. Desde un punto de vista antropológico podría considerarse que era hombre mucho antes, o después. Desde el punto de vista religioso, sin embargo, parece que ese es el momento lógico: mientras no distinguiera el bien del mal no era más que un animal más o menos evolucionado que, al no tener conciencia de pecado y de culpa, vivía en un "Edén" mental, no necesariamente físico.

Porque ¿para qué coloca Dios el árbol de la ciencia del bien y del mal en el jardín? Él, sin duda, debía saber que Adán y Eva lo iban a probar. Quizás lo puso precisamente para que lo probaran (no para que pecaran, sino para que libremente escogieran entre el bien y el mal) y pasaran a ser verdaderamente "hombres" (ver la entrada "Evolución" de este blog). El árbol, como todo el relato, es una metáfora. Simplemente Adán fue consciente de que obraba mal, y su conciencia (el ángel de la espada flamígera) lo expulsó de su Edén mental.

La serpiente mítica hizo el papel de tonto útil. Su intención es que el hombre peque y se condene. Le tienta con un "Seréis como dioses". Pero ignora que Dios tiene prevista la Redención y que, como consecuencia los hombres podrán alcanzar la vida eterna (serán como dioses).

Resulta un poco arriesgado aventurar cual fue el pecado de Adán, un "pecado original" que nos salpica a todos. A mi me parece que el pecado original, más que un pecado, es una "tendencia hacia el pecado": Tendencia a ser envidiosos, tendencia a ser violentos, tendencia a ser egoístas, tendencia... Tendencia de la que solo estuvieron libres, para los católicos, Jesucristo y la Virgen María, "sin pecado (original) concebida", y a la que la "Gracia" concedida en el bautismo nos ayuda a enfrentarnos.

lunes, 15 de abril de 2013

Tetraedrón - 1 - El palacio de cristal

 Ante Daniel se elevaba un palacio de cristal cuyas torres eran como gigan­tescas estalagmitas formadas por el lento rezumar de la bóveda celeste. A través de sus paredes, rugosas e irregulares, la luz del interior se concentraba en miles de minúsculas galaxias que parecían flotar en medio de la noche. Y ante el palacio se extendía una explanada, iluminada tan solo por la luz que salía a través del arco sin puerta de su entrada.

Daniel se volvió para contemplar el paisaje nocturno de aquel insólito lugar. Pero no había casas, ni árboles, ni montes y praderas; ni luna, ni ríos, ni estrellas. Tan solo había una enorme roca, que flotaba a la izquierda del palacio, y, aparcado a unos metros de la entrada, lo que parecía el fuselaje de una avioneta sin alas ni ruedas. Más allá de la explanada  solo se veía la negrura del vacío. Era como si el palacio, en vez de tener sus cimientos en la tierra, colgase de sus torres, clavadas como agujas en la noche.

Se acercó a la avioneta, observando que el interior de la carlinga estaba casi lleno de agua. Luego atravesó el arco y penetró en el palacio. Allí las rugosas paredes exteriores se convertían en lisas superficies de netas aristas que, como en una catedral gótica, se curvaban al subir y se cru­zaban en el techo. La noche de afuera se convertía dentro del palacio en luminoso ambiente, creado por el resplandor del mismo aire que contenía.

‑ Ya era hora. ‑ dijo alguien ‑ Has tardado una barbaridad.

Junto a una blanca mesa redonda, balanceándose ligeramente en un trape­cio, descubrió un águila. Y a su lado, subido en un trípode metálico, un calamar.

‑ Acércate y siéntate con nosotros. ‑ dijo el animal marino.

Daniel se adelantó automáticamente hacia ellos.

‑ Extraña criatura. ‑ comentó el águila ‑ Nunca vi nada igual.

‑ Se parece a los habitantes de Witowsky, ‑ dijo el calamar – aunque ellos son grises y tienen mucho más largas las extremidades.

Daniel dirigió una rápida mirada a sus piernas y brazos, descubriendo que estaba completamente desnudo.

‑ Está cambiando de color. ‑ observó el águila ‑ Se está tiñendo de rojo.

Daniel, azorado, intentó sentarse en un taburete, pero este se apartó y se puso a hablar.

‑ En caso de necesidad no tendría inconveniente en que te sentaras en­cima de mí, pero habiendo una silla especialmente prevista para bípedos como tú, creo que es mejor que lo hagas en ella.

Daniel, al sentarse, se apoyó ligeramente en la mesa, observando con sorpresa que, en el punto en que había puesto la mano, aparecían una serie de líneas circulares, concéntricas y de un brillante color anaranjado, que se expandían sobre la mesa y, al retornar desde el otro extremo, formaban un móvil y complejo diseño que, poco a poco, se fue debilitando hasta desaparecer por completo, volviendo la mesa a su blancura primitiva.

La bola de peluche ‑ pues eso pareció a Daniel lo que antes creyó ta­burete ‑ extendió sobre su cabeza una varilla metálica en cuyo extre­mo brillaba como un zafiro un ojo cristalino con el que podía ver en todas direcciones al mismo tiempo.

‑ Extraña criatura, ciertamente.‑ confirmó.

‑ Ustedes si que son raros. ‑ Se indignó Daniel ‑ Un calamar, un águi­la y un muñeco de peluche hablando y comportándose como seres racionales. Es el sueño más absurdo que he tenido en mi vida.

E1 águila extendió sus alas como para mantener un equilibrio que hubie­ra estado a punto de perder, pudiendo entonces observar Daniel que en realidad no era un águila: Lo que había creído que eran plumas, eran más bien hojas entre verdes y grises, entre carnosas y vegetales; lo que ha­bía creído alas, eran ramas flexibles de las que pendían las hojas. Y no tenía dos, sino muchas, quizás veinte o treinta, unas más lar­gas y otras más cortas. Lo que había creído patas también era un conjun­to de ramas, o tentáculos, o raíces, que se enroscaban en el trapecio para sujetarse. El cuerpo era como una enorme e irregular patata en cu­ya parte superior, unas zonas de coloraciones irisadas parecían simular los agudos ojos del águila. Quizás incluso tuvieran su función. Aparen­temente no tenía pico, o boca, o lo que correspondiera a esa especie de animal, o planta.

‑ ¿Necesitas organizar tanto escándalo para comunicarte? ‑ preguntó el águila‑planta una vez recuperada su posición original.

Daniel estaba confuso. El sueño era absurdo, pero tremendamente real. Se puso a observar al calamar: a decir verdad, él no sabía exactamente como era un calamar porque no había visto nunca ninguno vivo en su am­biente natural. Quizás por eso le pareció que, efectivamente, si no se trataba de un calamar, era de una especie similar. Era bastante grande. La caperuza, que reposaba sobre el trípode, tendría como medio metro de larga, mientras que los tentáculos, que se enroscaban en sus patas, bien podían medir cinco metros. Su piel era blanquecina y viscosa. Pero no; no era un calamar... junto a sus largos tentáculos, y saliendo también del interior de la caperuza, diez o doce apéndices más pequeños y lige­ros terminaban en unas bolitas negras que probablemente eran sus móviles ojos. Además parecía encontrarse perfectamente bien fuera del agua... y hablaba... ¿Hablaba?

‑ Repito. ‑ insistió el águila ‑ ¿Necesitas organizar tanto escándalo para comunicarte?

No, no hablaban. Aquellos seres no hablaban: le transmitían directamen­te sus pensamientos al cerebro. Daniel se concentró y pensó. Pensó fuer­temente, haciendo hincapié en cada silaba:

‑ He di‑cho que Us‑te‑des si que son ra‑ros.

Silencio.

‑ Que Us‑te‑des si que son ra‑ros.

‑ Creo que está intentando comunicarnos algo sin hacer ruido. ‑ dijo el peluche ‑ Estoy captando unas ondas muy curiosas.

‑ Yo no he captado nada. ‑ comentó el calamar ‑ Si está transmitiendo algo, lo hace completamente fuera de mi onda.

‑ Debe ser un retrasado mental. ‑ añadió concluyente el águila.

‑ ¡He dicho que Ustedes si que son raros! ‑ gritó Daniel, ofendido por el insulto del águila.

‑ Eso ya lo habíamos entendido antes, a pesar del ruido. ‑ dijo el águi­la ‑ Lo que no hemos entendido es lo del calamar, el águila, el peluche, los seres racionales y el sueño. A1 menos yo no lo he entendido.

‑ Está claro que calamar, águila y peluche son los nombres que él nos da a nosotros. ‑ explicó el peluche ‑ Lo de los seres racionales y lo del sueño tampoco yo lo he comprendido.

‑ Seres racionales debe querer decir seres que actúan movidos por los re­sultados de un raciocinio de tipo lógico. Lo más próximo a eso debes de ser tú, ‑ el calamar se refería al peluche ‑ con todos los circuitos ul­tra‑rápidos que te hacen actuar de acuerdo con la información que captan tus sensores. Nosotros, y evidentemente también él, tenemos muy poco de racionales. Si cada vez que tuviéramos que actuar hubiéramos de ha­cer un raciocinio de tipo lógico, hace tiempo que se habrían extingui­do nuestras especies. En cuanto al sueño, ‑ y ahora se dirigió a Daniel ‑ ¿Puedes explicarnos qué es lo qué es?

‑ Yo ahora estoy soñando. ‑ dijo Daniel ‑ Anoche me acosté para dormir, y ahora estoy soñando con Ustedes. Es decir, que Ustedes no son más que un producto de mi imaginación. Ustedes no existen fuera de mí y, cuando me despierte, habrán dejado de existir.

‑ Fantástico. Nosotros, un producto de su imaginación. ‑ dijo el águila, recalcando la palabra "su" ‑ Bien. Hagamos un razonamiento lógico, de esos que tanto parecen gustarle. Si somos lo que dices, haz que mis hojas se vuelvan rojas. Si no puedes hacerlo, evidentemente no somos un producto de tu imaginación.

‑ Naturalmente que no puedo hacerlo. ‑ protestó Daniel ‑ Estoy soñando. Y soñando no puedo controlar a mi imaginación. Más bien es ella la que me controla a mí y hace que me ocurran las cosas más inesperadas.

‑ Más fantástico aún. ‑ el águila insistió con ironía ‑ En ese caso tú eres un producto de tu propia imaginación, lo cual es absurdo. Y por otra parte, si tu imaginación te controla a ti al igual que crees que nos controla a nosotros, ¿por qué razonamiento lógico llegas a la conclusión de que tú existes y nosotros no?

‑ Porque cuando estoy despierto, yo sigo existiendo, y Ustedes, no.

‑ Puedo asegurarte que nosotros existíamos bastante antes de que tú nos vieras.

‑ Creo que entiendo un poco lo que ocurre. ‑ dijo el peluche ‑ Yo no duermo nunca. Actúo o no actúo, pero no puede decirse propiamente que duerma. Tú reposas. ‑ dijo dirigiéndose al águila ‑ Inhibes parcialmen­te tu actividad, aunque no dejas de estar atento a lo que ocurre a tu alrededor. Tú duermes. ‑ ahora se dirigía al calamar ‑ Salvo en lo que se refiere a tu metabolismo, que sigue funcionando a un nivel más bajo, tú si inhibes totalmente tu actividad. En cuanto a ti, ‑ ahora hablaba a Daniel ‑ debes ser un caso intermedio. Los circuitos que activan tu imaginación deben quedar sin inhibir, quedando inhibidos sin embargo los que los controlan. Eso debe de ser soñar...

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Nota añadida el 8 de Febrero de 2017

No estoy muy seguro de que un blog sea el sitio adecuado para publicar una novela, pero como sospechaba que ninguna editorial estaría dispuesta a editar esta, la publiqué aquí, a razón de lo que serían unas tres páginas cada quince días. Ahora he puesto un enlace en la entrada del 8 de Febrero de 2017 para que, a quién le haya gustado este trozo, pueda leerla sin la incomodidad de tener que bajarla trocito a trocito.


miércoles, 10 de abril de 2013

Un mito babilonio sobre la creación

Los poemas mesopotámicos más conocidos son “la epopeya de Gilgamesh”, datado hacia el año 2000 antes de Cristo, y el “Enuma elish”, terminado durante el reinado de Nabucodonosor I de Babilonia, hacia el 1100 a.C. El primero relata el viaje de Gilgamesh, el Noé sumerio, en busca de la inmortalidad. El segundo, la genealogía de los dioses, y como uno de ellos, Marduk, alcanzó la máxima dignidad tras derrotar a Tiamat y crear el mundo.

El título con que se conoce el poema corresponde a las dos palabras con que comienza: Enuma elish… Cuando en lo alto...

Cuando en lo alto el cielo aún no había sido nombrado,
y, abajo, la tierra firme no había sido mencionada con un nombre,
solo Apsu, su progenitor,
y la madre, Tiamat, la generatriz de todos,
mezclaban juntos sus aguas;
aún no se habían aglomerado los juncales, ni las cañas habían sido vistas.

Sigue la genealogía de los dioses y como Apsu (el abismo oceánico), en contra de la opinión de Tiamat (el mar tumultuoso), quiso matar a todos sus hijos, que los molestaban. Pero fue Ea “que conoce todas las cosas” quien lo mató a él, estableciendo sobre él…

… su cámara nupcial
en donde Ea con Damkina, su esposa, residieron en majestad.
En el Santuario de los Destinos, en esta Capilla de las Suertes,
fue procreado el más inteligente, el sabio de los dioses, el señor:
en el corazón del apsu nació Marduk.

Anu, que era su abuelo paterno, quedó maravillado de la perfección de Marduk, que tenía cuatro orejas y cuatro ojos.

Anu produjo y engendró entonces los cuatro vientos
que ofreció a Marduk: “¡Para que mi hijo se divierta!”.
Y creó la polvareda que hizo arrastrar por la tempestad;
y habiendo provocado la marejada, perturbó a Tiamat.

Otros dioses, molestos con Marduk, convencieron a Tiamat de que había llegado la hora de vengar la muerte de Apsu. Crearon seres monstruosos…

…hidras, dragones formidables y monstruos marinos,
leones colosales, perros furiosos, hombres-escorpiones,
monstruos agresivos, hombres-peces y bisontes gigantescos.

Varios dioses intentaron enfrentarse a Tiamat:

Yo he enviado a Anu, pero no pudo hacerle frente;
Nudimmud quedó aterrado y se volvió atrás.
Entonces se adelantó Marduk, el sabio de los dioses, tu hijo,
pues su corazón le había empujado a hacer frente a Tiamat.

Marduk se arma y desafía a Tiamat:

“…¡Que se equipe tu ejército, que ciñan sus armas,
y acude a mi encuentro para que yo y tú choquemos en combate!”
Al oir Tiamat estas palabras
se puso fuera de sí y perdió su razón.
Lanzó un grito en el paroxismo de su furor…

Se lanzaron al combate y se enzarzaron en un cuerpo a cuerpo.
Pero el Señor, desplegando su red, la envolvió con ella,

Él disparó su flecha y le atravesó su vientre;
Cortó su cuerpo por la mitad y le abrió el vientre.

La partió en dos partes, como si fuera pescado destinado al secadero
Y dispuso de una mitad, que la abovedó a manera de cielo.

En el hígado de Tiamat colocó las regiones superiores del cielo.
Hizo brillar a Nanna, a quien confió la noche,
y le asignó ser la joya nocturna para determinar los días.

El día se lo confió a Shasmash, que era tanto el sol como el dios del sol, al igual que Nanna era tanto la luna como la diosa de la luna. También asignó los planetas a otros dioses.

Marduk reunió la baba de Tiamat
y Marduk creó la niebla, que asignó a Adad.
Habiéndola condensado en nubes, la hizo flotar en el firmamento.
El surgir del viento, la caída del aguacero,
el vaho de la niebla, el amontonamiento de la espuma de Tiamat,
he aquí lo que le asignó en persona y que le hizo tomar a su cargo.
Y habiendo dispuesto su cabeza, amontonó sobre ella una Montaña,
en donde abrió una fuente, en la cual tembló una ola;
hizo fluir de sus ojos el Eúfrates y el Tigris
y tapó sus narices que reservó para las crecidas;
sobre sus pechos amontonó las lejanas montañas
y dentro de ellas hizo nacer manantiales para que se deslizaran en cascada.

Después, desplegando su red, la desenvolvió por todas partes,
formando así una envoltura para el cielo y la tierra,
y asegurando perfectamente su cohesión,
enseguida determinó las reglas de su buena marcha y agenció los estatutos de funcionamiento.

Siguen innumerables alabanzas a Marduk. Este es el objetivo primordial del poema, la exaltación de Marduk.

Los fragmentos anteriores han sido tomados de la traducción de Federico Lara Peinado, publicada en 1994 por Editorial Trotta. También de Lara Peinado hay una traducción del poema de Gilgamesh, publicado por Editorial Tecnos en 1988. Para los interesados en conocer la religión mesopotámica, Trotta editó en 2001 el excelente libro “La religión más antigua: Mesopotamia” de Jean Bottéro.

Solo una observación: Tiamat era el mar tumultuoso. Al partirla en dos y colocar una de sus partes como cielo, hizo lo mismo que el dios hebreo en el segundo día de la creación: “Dijo luego Dios: “Haya firmamento en medio de las aguas, que separe unas de otras”; y así fue. E hizo Dios el firmamento, separando aguas de aguas, las que estaban debajo del firmamento de las que estaban sobre el firmamento.

No hay que olvidar que Abraham era mesopotámico y salió de Ur para fundar el pueblo israelita, por lo que su concepción de cómo era el universo es lógico que fuera la misma (tierra rodeada de aguas, y aguas rodeando el firmamento). Pero sobre como se hizo el universo, ambas versiones no pueden ser más diferentes.

viernes, 5 de abril de 2013

Ordenadores en el arte - Gerardo Delgado

El pintor sevillano Gerardo Delgado, durante los años en que participó en el Seminario de Análisis y Generación Automática de Formas Plásticas del Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid, trabajó con curvas generadas por el ordenador con determinadas condiciones: Si se doblan en cuatro partes, dibujan cuatro círculos yuxtapuestos. 

Los siguientes cuatro cuadros están realizados con cartulinas de colores, superpuestas, troqueladas con la misma curva:  



En la serigrafía "Instantáneo ocasional" de 1974, utiliza varias de estas curvas: