lunes, 25 de noviembre de 2013

Traduttore traditore

La expresión italiana no quiere decir que los traductores traicionen deliberadamente a los autores que traducen, sino simplemente que, por fieles que quieran ser al original, las palabras y modismos de un idioma, aunque tengan el mismo significado, tienen a menudo connotaciones y matices diferentes en otro, por no hablar de su sonoridad, importante en ocasiones. Por eso es recomendable, siempre que sea posible, leer las obras en su idioma original.

Pero muchas veces no es solo cuestión de matices, sino de errores de traducción.

Hace dos o tres años leí una novela sobre la Atlántida (de cuyo nombre no quiero acordarme) con muchos párrafos confusos, debidos sin duda a una mala traducción. A veces conseguía comprender su significado traduciéndolos literalmente, palabra por palabra, al inglés. En cierto momento, por ejemplo, al principio de la novela se describe como el Profesor X (de cuyo nombre no puedo acordarme) se dirige, disfrazado de sacerdote, a una reunión con sus colegas de la Universidad. La razón por la que se disfraza no aparece en la conversación con los otros profesores, pero el lector espera que en algún momento el autor se la dará a conocer. Y ese momento llega unas diez o doce páginas después, cuando describe las actividades del profesor depués de… ¡decir misa!. El Profesor X no iba disfrazado (disguised, en inglés), sino vestido (disguised, en inglés) de sacerdote. A la palabra inglesa “disguised” le ocurre lo mismo que a la española “vestido”, que tiene un significado diferente según las circunstancias. No tiene el mismo sentido cuando decimos que una persona va “vestida con un traje gris” que cuando decimos que va “vestida de Abeja Maya”. En la versión inglesa imagino que diría que el Profesor X iba vestido de “clergyman” (con alzacuellos, pantalón y chaqueta), que es una manera de decir que era sacerdote, pero “moderno”, porque decir simplemente que un sacerdote va vestido de sacerdote es una tonteria.   

En otra ocasión, hace bastante más tiempo, leí en francés el “Vol de nuit” de Saint-Exupéry. El autor de “El principito” era aviador, y en “Vol de nuit” cuenta sus reflexiones mientras conduce un avión en solitario durante la noche. Lo más importante de la novela son, por supuesto, sus reflexiones, pero estas se mezclan con frecuencia con la descripción de la situación del avión y el manejo de sus mandos, en  donde aparecen palabras técnicas y acciones no fácilmente comprensibles para un lego en aviación. Afortunadamente, disponía en ese momento de un ejemplar de la novela traducida al castellano, por lo que, en caso de dificultad, obtenía fácilmente solución a mi ignorancia. Pero al final de un capítulo encontré un párrafo de seis o siete líneas del que no es que no entendiera algunas palabras, es que no entendía absolutamente nada. Cual era la frase principal y cual la subordinada. Cual era el sujeto y cual el predicado… Después de algunos infructuosos esfuerzos me dirigí a la traducción, busqué el final del capítulo y… ¡El párrafo no existía en la versión castellana!

De errores de traducción no tiene por qué estar exenta ni la Biblia. Uno de los argumentos que utilizan algunos ateos para restarle credibilidad a los Evangelios es que, en los de Mateo (capítulo 16, versículo 28), Lucas (9,27) y Marcos (9,1), se cuenta que Jesús dijo que "algunos entre los presentes no gustarán la muerte antes de haber visto al Hijo del hombre venir en su reino", siendo así que todos los presentes murieron y Jesús aún no ha vuelto. El problema es que, en mi opinión, la palabra que debería figurar en esos textos no es "reino": Buscando en internet, encontré una página en la que venía el Evangelio según San Mateo en varios idiomas y traducciones, incluido el griego que es, según creo, el que, directamente o a través de su traducción al latín, es el origen de las demás versiones. La palabra que aparece en el capítulo 16 del texto griego es "basileia", que todo el mundo ha traducido por "reino". Pero, consultando mi diccionario griego-español, que aún conservo de cuando iba al colegio, encuentro que también se puede traducir por "poder y dignidad". Con esa interpretación, Jesús se estaría claramente refiriendo a la "transfiguración" que los tres evangelistas narran justo a continuación de esos versículos, y a la que asistieron los apóstoles Pedro, Santiago y Juan.

Se puede argumentar que la transfiguración era una forma de mostrar a sus discípulos su reino, pero creo que "poder y dignidad" es una traducción más adecuada.

1 comentario:

  1. Tuiteado! Vaya fallo de traducción el del sacerdote. Espero que el resto del libro fuera más cognoscible.

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