Hace unos días, al salir de casa,
me llamó un hombre que estaba al volante de un coche rojo, aparcado en la
puerta del garaje de la casa de enfrente.
- Perdone. ¿Hay algún Citibank
por aquí cerca? - me preguntó el hombre, que imaginé sería un hispano de
Estados Unidos.
- Pues no. Me parece que no hay
ninguno por aquí.
- Es que quería cambiar unos
dólares por pesetas.- me dijo enseñándome el fajo de dólares que llevaba en la
billetera.
- Ya no funciona la peseta. En
España ahora la moneda es el Euro.
- ¡Ah!... ¿Y sabe a cuanto está
el cambio?
- Pues, no sé... un dolar con
veinte por euro, más o menos.
- ¿Y de qué color son los euros?
La pregunta me desconcertó: ¿qué
importa el color?
- ¿Puede enseñarme alguno? -
insistió.
Saqué la billetera y le enseñé el
único billete de veinte euros que llevaba. Él asintió, me dio las gracias y me
marché.
Mientras me iba pensé: ¿Esto no
me había ocurrido ya otra vez? ¿era un "dejà -vu"?... No. Seguro. Fue
hace dos o tres años. Incluso el coche era rojo también la otra vez.
Pero... ¿puede pasar una cosa así
dos veces?
Por supuesto que no, a menos
que...
Cuando él me preguntó si había
cerca un Citibank, la respuesta que esperaba era seguramente que no, pero que
era inútil que buscara uno porque era sábado y lo encontraría cerrado. Entonces
se habría lamentado porque necesitaba cambiar dólares.
No se lamentó, pero me dijo que
quería cambiar dólares por pesetas y me enseñó el fajo de billetes. Lo del fajo
era para que yo me diera cuenta de que podía hacer un buen negocio. Lo de las
pesetas, para que pensara que tenía un despiste monumental.
Supongo que la reacción mía,
diciendo que ahora se usaban los euros, era la que esperaba y me preguntó a
cuanto estaba el cambio. Si yo hubiera sido "listo" le habría dicho
que a uno ochenta o a dos dólares por euro. Yo debía tener claro que él no
tenía ni idea y que aquel fajo de dólares, seguramente falsos, era para mí.
Como le dije una cifra que era
aproximadamente correcta, me preguntó por el color de los euros y yo le enseñé
mi billetera prácticamente vacía, con lo que debió llegar a la conclusión de
que le iba a costar trabajo hacer negocio a costa mía.
Seguro que alguno pica...huele raro ..raro raro..jejeje.
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