miércoles, 14 de diciembre de 2016

El parque cercado

Me estaba acercando al parque. Ya veía a lo lejos las puntas doradas de los barrotes de su vallado. Las puertas de hierro estaban abiertas, pero, para mi sorpresa, empezaron a cerrarse. Un coche llegó a toda velocidad, dispuesto a entrar, y se paró entre las puertas con el morro ya dentro. Las puertas dejaron de cerrarse y, tras un instante, comenzaron a retroceder hasta quedar de nuevo completamente abiertas. Comprendí que había una célula fotoeléctrica y que el coche había interceptado los rayos de luz emitidos desde el lado opuesto, activándose  el mecanismo que volvía a abrir las puertas.

Supuse que las puertas volverían a cerrarse poco después de que el coche entrase en el parque. Afortunadamente yo llevaba un globito de helio atado con un hilo larguísimo, así que, mientras me acercaba, fui soltando hilo hasta situarlo sobre ellas. Y, cuando comenzaron a cerrarse, conseguí, dando pequeños tirones del hilo, que el globo fuera bajando hasta situarse justo delante de la célula. Las puertas volvieron a abrirse y yo eché a correr para llegar antes de que se cerrasen. Pero no lo logré. Justo cuando llegué, las puertas terminaron de cerrarse, y me quedé fuera.

Entonces me desperté. Esta historia es tan tonta que solo podía ocurrir en un sueño. Sobre todo lo del globito.  

Yo creo que, en general, los sueños no son más que elaboraciones sin sentido de cosas vividas, temidas, deseadas o incluso que nos han pasado desapercibidas. Pero también creo que, a veces, los sueños expresan ideas que nuestro subconsciente trata de hacernos llegar. Y este sueño, me parece que es precisamente uno de ellos.

Existen muchos libros sobre interpretación de los sueños, y quizás en algunos casos sean razonables, pero a mí me parece que realmente el único que puede interpretar correctamente un sueño es quien lo ha soñado.   

En mi sueño, el elemento principal es el parque cerrado en el que quiero entrar. Puede tratarse de un sitio, un estatus, un grupo, una asociación... a la que quiero pertenecer o donde quiero entrar, a pesar de no cumplir los requisitos previos necesarios (por eso no tengo el mando a distancia). Por ejemplo podría tratarse de la élite de los artistas o de los sabios más  reconocidos, a la que me gustaría pertenecer a pesar de que mis dotes artísticas y científicas no son sobresalientes.

El coche no parece que tenga más significado que la utilidad de mostrarme que hay una forma de entrar aunque no se tenga el mando a distancia.

El globito es una herramienta que tengo y que, utilizada con la debida habilidad, puede permitirme la entrada. Podría tratarse de este blog, en el que publico relatos, dibujos, musiquillas e incluso algunas ideas sobre ciencia. Este blog me permitiría entreabrir las puertas de esa selecta élite.

El que al final no consiga entrar en el parque, no creo que signifique que no voy a conseguir entrar, sino que si quiero entrar, tengo que esforzarme más. En el sueño, tendría que correr más. 

Pero, como he dicho, el único que puede encontrar el verdadero significado de un sueño es quien lo ha soñado. Y la explicación anterior, a pesar de que la he dado yo, sé que, aunque nadie está libre de vanidad, no es la de verdad. El jardín por el que mi subconsciente dice que me tengo que esforzar, si quiero entrar sin tener derecho, se llama Paraíso. 

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