sábado, 20 de septiembre de 2014

El último ritual

Cuarto fragmento de los textos encontrados en Schimatari.

... el gran silencio que precede a la tragedia. Un silencio hecho de alientos contenidos, de miradas inquietas que van del esposo al pretendiente, y del pretendiente al punto del horizonte por donde ha de salir el sol.

Los pájaros han callado y ni un breve soplo de viento hace vibrar las desnudas ramas de los árboles.

Estoy seguro: Ni un leve parpadeo traiciona la tensión de los cuerpos de los dos contendientes, que se observan mutuamente, buscando el punto desguarnecido en que, al salir el sol, intentarán clavar sus lanzas.

El esposo, montado en su carro tirado por bueyes, en el camino que viene del templo. El pretendiente, a pie, en el camino que va hacia el bosque sagrado. Las negras sacerdotisas de Hécate, en el camino que va hacia la isla de los muertos. La roja sacerdotisa, en el agudo ángulo de la bifurcación. Y todo el pueblo, apelotonado en los bordes del camino, intentando no perderse un solo segundo del cruento espectáculo. 

Dos años de malas cosechas. ¡Oh, Hécate, ayuda al aspirante!

...

Soy ciego, pero veo más que el resto de los mortales. O quizás no sea que veo más, sino que, en la oscuridad de mi noche perpetua, oigo mejor. Y sé, porque me lo ha contado una vieja lechuza, que este será el último ritual de año nuevo en que se enfrentarán pretendiente y esposo. Se acercan las bárbaras hordas...      

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