viernes, 10 de abril de 2015

Ingeniería Nuclear

Mientras terminaba mis estudios de Matemáticas en Barcelona, mis padres se trasladaron de Sevilla a Madrid, por lo que, al acabarlos, pensé en hacer el doctorado en la Universidad Complutense.

Contacté con varios catedráticos de la universidad madrileña, pero ninguno parecía muy interesado en dirigir una tesis doctoral, quizás porque mi expediente académico, sin ser malo, tampoco era muy brillante. Uno de ellos, el Padre Botella, me sugirió que, dado que mis mejores notas las había obtenido en las asignaturas de física, me apuntara a un curso de iniciación a la ingeniería nuclear (ahora diríamos un "master") que había organizado la Junta de Energía Nuclear.

Fue así como terminé pasando el curso 1968-69 en las dependencias de la J.E.N., situadas al final de la Ciudad Universitaria, pasada la Escuela de Ingenieros de Telecomunicaciones, y obteniendo este diploma:


Pero más que el diploma en sí, lo importante para mí fue que la Junta había decidido comprar un ordenador digital (el primero que funcionó en España) y me contrató para formar parte del equipo que, dirigido por el Doctor Iglesias, lo puso en marcha.   

1 comentario:

  1. Esos son los pequeños detalles que hacen historia (laboral). Dentro de nada (este es mi último año de grado), esas casualidades salpicarán también mi vida.

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