¿Has sentido alguna vez que
alguien te está mirando? Estás en un restaurante, en el autobús o en un partido
de futbol. Te vuelves. Miras a tu alrededor. A veces te parece que alguien ha
desviado la mirada. A veces, no. Pero sabes que alguien te estaba observando.
Es curioso, porque físicamente es
la luz que tú reflejas la que llega a los ojos del que te mira, y no su mirada
la que llega hasta ti. Quizás lo que te llega sea algún tipo de onda mental,
físicamente indetectable.
Pero, al fin y al cabo, mientras
estás en un restaurante, en el autobús o en el fútbol, estás rodeado de gente,
y no es de extrañar que alguien te mire o, incluso, te observe. Pero ¿no has
sentido a veces que alguien te observa estando completamente solo?
Yo lo estoy sintiendo ahora
mismo, mientras escribo. He desconectado la cámara del ordenador, he bajado las
persianas, he cerrado las puertas... y sigo notándolo.
La verdad es que cada vez lo noto
con más frecuencia. De noche, en la cama, con las luces apagadas, noto que
alguien me está observando. A veces me parece incluso sentir una presencia en
la habitación. Enciendo la luz. No hay nadie. ¿Apago?... A veces apago. A
veces, no. Al menos, con la luz encendida, la sensación de presencia física desaparece.
Tardo más en dormirme, pero...
¡ojalá no necesitara dormir! Porque dormir significa tener pesadillas: estoy a
punto de salir a la calle -por ejemplo- y me doy cuenta de que no llevo
pañuelo. Mi cuarto está al fondo del pasillo. Echo a andar con aprensión,
porque algo me dice que vaya ir a mi cuarto. Las piernas no me responden
bien, y me cuesta mucho andar. Pero debo ir a por un pañuelo. Llego a mi cuarto
y consigo abrir el cajón donde tengo los pañuelos y la ropa interior. El cajón
está oscuro por dentro. No hay ni ropa ni pañuelos, pero, desde el fondo
del cajón... ¡un par de ojos me están mirando!
Me despierto con el corazón
desbocado. Voy calmándome poco a poco: ¡solo ha sido un sueño! Miro al cajón de la ropa interior. Debería abrirlo
para comprobar... Pero no lo abro. Todavía no me he vuelto loco, y sé
distinguir entre sueños y realidad. Los ojos del cajón son pesadillas. El que
alguien me mira, no. Tiene que haber una explicación racional.
Por eso le he estado dando
vueltas al asunto, y solo se me ocurre una posibilidad: Alguien me está
observando... desde otra dimensión.
Me explico: Nuestro universo
tiene algunas dimensiones más que las tres que nosotros somos capaces de notar.
Nuestro espacio visible es en realidad una "superficie"
tridimensional en un espacio con cuatro o más dimensiones. Podemos imaginarlo
como la superficie tridimensional de una esfera de cuatro dimensiones.
Claro que lo de
"imaginarlo" es demasiado pedir. Al menos a mi me resulta imposible
hacerlo. Lo que sí puedo imaginar es un mundo con solo dos dimensiones: La
superficie de una esfera normal por la que se mueven unos seres bidimensionales triangulares.
Tienen dos lados verdes y uno azul, un asterisco en su interior y un único ojo en
el vértice donde se unen los dos lados verdes. Cuando uno de estos seres ve a
otro de frente, ve su ojo y sus dos lados verdes, y solo ve el lado azul si lo
rodea o el otro se vuelve. Lo que nunca ve, salvo que el otro se rompa, es el
asterisco interior.
Nosotros, en nuestras tres
dimensiones, tampoco vemos a nuestros semejantes por todos lados a la vez, ni vemos su
interior. Sin embargo, si miramos la esfera, vemos completos a sus habitantes,
tanto por fuera, su ojo y sus tres lados, como el asterisco de su interior.
Al igual que nosotros vemos todos
los puntos de la esfera, porque todos están en contacto con nuestra tercera
dimensión, alguien que nos mire desde una cuarta dimensión también nos verá
completos. Tanto por fuera como por dentro: nuestros órganos, nuestras células,
los glóbulos rojos circulando por nuestras venas, las neuronas de nuestros
cerebros, sus conexiones, los impulsos eléctricos y químicos entre ellas...
Quizás esos seres estén intentando descifrar el significado de nuestra actividad cerebral. Quizás ya hayan sido capaces de descifrar nuestros pensamientos... ¿Seré yo para ellos una simple cobaya a la que están estudiando? Y
si es así ¿Se limitarán a observar lo que pienso o experimentarán y manipularán mis pensamientos?
Esa chaqueta con esa camisa no hacen juego... apropósito... te cortaste el pelo... jejeje.
ResponderEliminarOriginal post..
Un saludo
elperroverde.
estoy de acuerdo contigo en lo de la chaqueta y la camisa, pero lo del corte de pelo me deja perplejo.
EliminarAyer, mientras leía la novela corta Singleton, de Greg Egan, me acordé de este relato tuyo, que había leído apenas unas horas antes. En una parte de la historia de Egan, el protagonista logra encontrar a una persona mirando en su interior, los campos electromagnéticos de su sistema nervioso y otras características internas, y también las externas. Tal vez esa sería una suerte de cuarta dimensión a la que, como humanos, podríamos aspirar, poder ver por dentro y por fuera todo lo que nos rodea, con sentidos extendidos.
ResponderEliminarTomo nota de la novela que dices. La compraré si la encuentro.
EliminarLa parte a la que hago referencia es muy secundaria dentro de la historia, pero Singleton, en general, es una gran novela corta, incluida, junto con otras dos novelas cortas, en el libro "Oceánico".
EliminarGenial la vuelta de tuerca de la última parte del relato.
ResponderEliminarCon respecto a la primera... Sí, yo también soy de los que cierran la puerta de mi cuarto, aun cuando estoy solo. Ver la oscuridad del pasillo, sin matices, es... Peculiar