La expresión italiana no quiere decir que los
traductores traicionen deliberadamente a los autores que traducen, sino
simplemente que, por fieles que quieran ser al original, las palabras y modismos
de un idioma, aunque tengan el mismo significado, tienen a menudo connotaciones
y matices diferentes en otro, por no hablar de su sonoridad, importante en
ocasiones. Por eso es recomendable, siempre que sea posible, leer las obras en
su idioma original.
Pero muchas veces no es solo cuestión de
matices, sino de errores de traducción.
Hace dos o tres años leí una novela sobre la
Atlántida (de cuyo nombre no quiero acordarme) con muchos párrafos confusos,
debidos sin duda a una mala traducción. A veces conseguía comprender su
significado traduciéndolos literalmente, palabra por palabra, al inglés. En
cierto momento, por ejemplo, al principio de la novela se describe como el
Profesor X (de cuyo nombre no puedo acordarme) se dirige, disfrazado de
sacerdote, a una reunión con sus colegas de la Universidad. La razón por la que
se disfraza no aparece en la conversación con los otros profesores, pero el
lector espera que en algún momento el autor se la dará a conocer. Y ese momento
llega unas diez o doce páginas después, cuando describe las actividades del
profesor depués de… ¡decir misa!. El Profesor X no iba disfrazado (disguised,
en inglés), sino vestido (disguised, en inglés) de sacerdote. A la palabra
inglesa “disguised” le ocurre lo mismo que a la española “vestido”, que tiene
un significado diferente según las circunstancias. No tiene el mismo sentido
cuando decimos que una persona va “vestida con un traje gris” que cuando
decimos que va “vestida de Abeja Maya”. En la versión inglesa imagino que diría
que el Profesor X iba vestido de “clergyman” (con alzacuellos, pantalón y
chaqueta), que es una manera de decir que era sacerdote, pero “moderno”, porque
decir simplemente que un sacerdote va vestido de sacerdote es una tonteria.
En otra ocasión, hace bastante más tiempo,
leí en francés el “Vol de nuit” de Saint-Exupéry. El autor de “El principito”
era aviador, y en “Vol de nuit” cuenta sus reflexiones mientras conduce un
avión en solitario durante la noche. Lo más importante de la novela son, por
supuesto, sus reflexiones, pero estas se mezclan con frecuencia con la
descripción de la situación del avión y el manejo de sus mandos, en donde aparecen palabras técnicas y acciones no
fácilmente comprensibles para un lego en aviación. Afortunadamente, disponía en
ese momento de un ejemplar de la novela traducida al castellano, por lo que, en
caso de dificultad, obtenía fácilmente solución a mi ignorancia. Pero al final
de un capítulo encontré un párrafo de seis o siete líneas del que no es que no
entendiera algunas palabras, es que no entendía absolutamente nada. Cual era la
frase principal y cual la subordinada. Cual era el sujeto y cual el predicado…
Después de algunos infructuosos esfuerzos me dirigí a la traducción, busqué el
final del capítulo y… ¡El párrafo no existía en la versión castellana!
De errores de traducción no tiene por qué
estar exenta ni la Biblia. Uno de los argumentos que utilizan algunos ateos
para restarle credibilidad a los Evangelios es que, en los de Mateo (capítulo 16, versículo 28),
Lucas (9,27) y Marcos (9,1), se cuenta que Jesús dijo que "algunos entre
los presentes no gustarán la muerte antes de haber visto al Hijo del hombre
venir en su reino", siendo así que todos los presentes murieron y Jesús
aún no ha vuelto. El problema es que, en mi opinión, la palabra que debería
figurar en esos textos no es "reino": Buscando en internet, encontré
una página en la que venía el Evangelio según San Mateo en varios idiomas y
traducciones, incluido el griego que es, según creo, el que, directamente o a
través de su traducción al latín, es el origen de las demás versiones. La
palabra que aparece en el capítulo 16 del texto griego es "basileia",
que todo el mundo ha traducido por "reino". Pero, consultando mi
diccionario griego-español, que aún conservo de cuando iba al colegio,
encuentro que también se puede traducir por "poder y dignidad". Con
esa interpretación, Jesús se estaría claramente refiriendo a la
"transfiguración" que los tres evangelistas narran justo a
continuación de esos versículos, y a la que asistieron los apóstoles Pedro,
Santiago y Juan.
Se puede argumentar que la transfiguración era
una forma de mostrar a sus discípulos su reino, pero creo que "poder y
dignidad" es una traducción más adecuada.
Tuiteado! Vaya fallo de traducción el del sacerdote. Espero que el resto del libro fuera más cognoscible.
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