El Servicio de Estudios del Banco
de España y sus titulados gozaban de un reconocido prestigio cuando lo dirigía
Luis Ángel Rojo. Además de los titulados, generalmente (si no siempre)
economistas, contaba con otro personal del banco (técnicos, oficiales, etc.)
entre los que se encontraba Luis Villanueva, para el que, cuando terminó su
carrera de informática, el Servicio convocó una plaza de nuevo cuño: Titulado
Informático. Esto iba contra la política general del banco, que pretendía
centralizar todos los servicios informáticos en la Oficina de Planificación y
Centro de Cálculo. Pero Luis Ángel Rojo era Luis Ángel Rojo, y la plaza se
convocó y la ganó (justamente) Luis Villanueva.
Luis trabajaba a las órdenes de
Vicente Poveda, un titulado con el que ya había desarrollado algunas
aplicaciones para el Servicio de Estudios y con el que organizó un pequeño
grupo que luego fue creciendo al asumir más responsabilidades.
En aquella época, en que aún no
existían los PCs, las aplicaciones informáticas tenían que ejecutarse en el
gran ordenador IBM del Centro de Cálculo, y existía un gran número de manuales
sobre los lenguajes, programas estandar, y otras particularidades del equipo. Nos
pidieron los manuales, y les enviamos los que nos pareció que podían serles de
utilidad. Pero no se conformaron: pidieron que les mandáramos
"todos". Pedimos una copia adicional a IBM y se los mandamos. Todos,
incluidos los que nos constaba que no utilizarían jamás.
Pasó algún tiempo, y un buen día
nos llegó una nota "exigiendo" que les enviáramos el manual del
IEFBR14, manual que no existía, pero del que decidimos hacer con gran regocijo
una edición especial para el Servicio de Estudios.
El manual no existía por la
sencilla razón de que el IEFBR14 era un programa que no hacía absolutamente
nada, y esto era lo único que se necesitaba saber.
Para enviar un trabajo al
ordenador se utilizaba un lenguaje especial llamado JCL (Job Control Language).
Un trabajo estaba constituido por uno o varios "pasos", y en cada
paso se ejecutaba un programa (uno y solo uno). Así, por ejemplo, un primer
paso podía consistir en extraer determinadas informaciones de una cinta del
archivo de cintas magnéticas y hacer con ellas unas operaciones que se grababan
en otra cinta. Un segundo paso podía consistir en ordenar, con determinados
criterios, los datos obtenidos, mientras que en un tercero simplemente se
imprimían los datos ya ordenados.
Para poner por orden los datos se
utilizaba un programa estandar, proporcionado por IBM, llamado SORT que
permitía utilizar los más diversos criterios de ordenación, para el que sí
existía el correspondiente manual, en el que se explicaban todas las
posibilidades que ofrecía el programa.
En el JCL, además de especificar
los programas que había que utilizar, se podían introducir algunos datos (los
criterios a utilizar por el SORT, por ejemplo) e información para los
operadores del ordenador, como que cintas había que montar y en que lector de
cinta. De hecho, había ocasiones en que había que dar alguna instrucción, en
algún "paso", a los operadores, pero no había que ejecutar ningún programa.
Como cada paso exigía la existencia de un programa, el programa que se
utilizaba era precisamente el IEFBR14 que no hacía absolutamente nada, siendo
para esto para lo único que servía.
El caso es que con la ayuda de
algunos compañeros (Fernando Usieto, Pablo Villamediana y alguno más)
fabricamos, en un inglés macarrónico, un
falso manual de IBM, que, si no se leía, podía pasar perfectamente por
auténtico. Todo, incluso el glosario y la advertencia que figuraba en las
páginas en blanco advirtiendo que la página estaba intencionadamente en blanco,
tenía el aspecto de un manual de IBM. Todo... menos el texto.
Les enviamos el manual, y
supongo, conociendo a Luis y a Vicente, que terminarían riéndose, aunque nunca
nos dijeron nada.
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