Juanita subió la persiana,
permitiendo que la luz del día inundara la habitación. Luego retiró el edredón,
dejando al descubierto el saco de huesos al que había quedado reducido el
cuerpo del señor Mortimer.
- ¡Señor Mortimer, señor Mortimer!...
Es hora de despertar.
El señor Mortimer abrió los ojos,
dejando la mirada perdida no se sabe dónde, y sin mover un solo músculo más.
Juanita le cogió la muñeca para
tomarle el pulso, la tensión y la temperatura. Luego puso una mano sobre su
pecho y otra sobre la cabeza, y le hizo un encéfalograma y un electro.
- Todo correcto, señor Mortimer.
Está Usted como una rosa.
- Era un baile de disfraces... -
musitó él.
- Ahora no, señor Mortimer.
Primero tengo que afeitarle, lavarle y darle el desayuno.
Juanita le retiró los pañales, le
limpió todo el cuerpo con una toallita húmeda y luego le pasó otra con una
crema hidratante. Eliminó los pelillos de la cara con una crema depiladora y le
puso unos pañales limpios. Luego lo vistió con una sencilla bata, lo peinó, lo
sentó en su silla de ruedas, sujetándolo con el cinturón de seguridad, y lo
llevó a la cocina, donde ya estaba preparado y caliente el biberón del
desayuno.
- Vamos, señor Mortimer,
succione... Es muy fácil. ¿No querrá que le alimente por vía intravenosa,
verdad?
Cuando hubo terminado, Juanita lo
llevó hasta el despacho, le puso el casco psicomental y esperó a que el señor Mortimer
empezara a pensar.
Pero lo único que pensaba el
señor Mortimer era en que estaba cansado y quería que le dejaran en paz.
- Vamos, señor Mortimer,
piense... piense un rato... La editorial...
- Era un baile de disfraces, y yo entré con mi túnica negra, -
transmitió el casco psicomental - la
amplia capucha que impedía ver mi rostro, y la guadaña. Tuve un éxito inmenso y
me dieron el primer premio... Todavía disfruto recordando la cara que pusieron
cuando acabó la fiesta y descubrieron que lo mío no era un disfraz...
- Señor Mortimer, no me tome el
pelo. El tema de la Muerte que se presenta en un baile de disfraces es de Terry
Pratchett. Si publicara algo así, le acusarían de plagiario. Tiene que pensar
algo original. La editoríal está esperando nuevas historias que publicar... Si
no publica nuevas historias, no ganará dinero. Y si no hay dinero, no podrá
pagar mis servicios, y tendrán que devolverme a fábrica para reciclarme, y...
¿qué será de usted sin robot de dependencia?... Porque usted no quiere morir,
solo, sin nadie que le cuide ¿verdad,
señor Mortimer?... ¿O prefiere que estimule su imaginación con unas pequeñas
descargas en su cerebro?.
Esta vez, los ojos se dirigieron
llenos de odio directamente a Juanita. Pero, a pesar de todo, comenzó a pensar:
- Juanita subió la persiana,
permitiendo que la luz del día inundara la habitación. Luego retiró el edredón,
dejando al descubierto el saco de huesos al que había quedado reducido el
cuerpo del señor Mortimer...
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En memoria de Terry Pratchett, muerto este año de 2015 y
autor de "Mort", novela de la saga Mundodisco en la que narra la
historia de la muerte y el baile de disfraces.
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