lunes, 10 de junio de 2013

El huevo cósmico en los mitos griegos

Robert Graves, el autor del famoso “Yo, Claudio”, escribió un excelente libro sobre “Los mitos griegos” en el que va desgranándolos uno a uno, incluyendo su descripción, una exhaustiva bibliografía, y una interpretación personal basada en sus propias teorías de cómo y por qué se formaron.

Los primeros mitos que estudia son lógicamente los que se refieren a la creación del mundo, y el primero que cuenta, que traduzco de la versión italiana (I miti greci, Longanesi, 1963) es el siguiente:

Al principio, Eurínome, la diosa de Todas las Cosas, emergió desnuda del Caos y no encontró nada sólido donde posar sus pies: separó entonces el mar del cielo e inició sola una danza sobre las olas. Siempre danzando, se dirigió hacia el sur, y el viento que se arremolinaba a su espalda le pareció algo nuevo y distinto; pensó por ello comenzar con él le obra de la creación. Se volvió de improviso, agarró al Viento del Norte y lo restregó entre sus manos: y he aquí que apareció la gran serpiente Ofión. Eurínome bailaba para entrar en calor, danzaba con un ritmo cada vez más salvaje hasta que Ofión, lleno de deseo, enroscó con sus espiras los miembros de la diosa y se acopló a ella. Ahora bien, el Viento del Norte, también llamado Borea, es un viento fecundador; de hecho, a menudo, las yeguas, acariciadas por su soplo, conciben potrillos sin ayuda de un semental. Y así también quedó encinta Eurínome.

Inmediatamente, volando sobre el mar, tomó ella la forma de una paloma y, a su debido tiempo, puso el Huevo Cósmico. Por orden de la diosa, Ofión se enroscó siete veces en torno al huevo, hasta que se partió y emergió todo lo que existe, hijos de Eurínome: el sol, la luna, los planetas, las estrellas, la Tierra con sus montes, con sus ríos, con sus árboles y con las hierbas y las criaturas vivas.

Eurínome y Ofión se establecieron en el monte Olimpo, pero pronto Ofión irritó a la diosa vanagloriándose de haber creado del Universo. Eurínome le dio entonces una patada en la boca, le rompió los dientes y lo envió a las oscuras cavernas subterráneas.

La diosa creó después las siete potencias planetarias, y puso a cargo de cada una de ellas a una pareja de titanes: Tía e Hiperión a cargo del Sol; Febe y Atlas, de la luna; Dione y Crío, del planeta Marte; Metis y Ceo, del planeta Mercurio; Temis y Eurimedonte, del planeta Júpiter; Tetis y Océano, de Venus; Rea y Crono, de Saturno.

El primer hombre fue Pelasgo, antecesor de los pelasgos; él surgió del suelo de la Arcadia, seguido de otros hombres a los que enseñó a construir cabañas, y como nutrirse de bayas, y a coser túnicas de piel de puerco, similares a las que todavía visten la gente de Eubea y Fócida.

Observesé que Eurínome separó el mar del cielo (¿nuevamente las aguas que están de bajo de las que están arriba?). Y que pone a los titanes a cargo del sol, la luna y los planetas, al igual que Marduk, en el mito babilónico, los ponía a cargo de otros dioses.

Pero la escena que más me llama la atención es la de la diosa rompiendo a la serpiente los dientes, con los que inyecta el veneno a sus presas, de una patada. Esto me recuerda a la serpiente del Paraiso, a la que Dios dice: “…Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer y entre tu linaje y el suyo; este te aplastará la cabeza…” (con el pié, se supone).

Una variante de este mito pelásgico (pre-helénico) sustituye a Eurinome por Tetis y a Ofión por el rio Océano que circunda el universo, como la serpiente.

Una tercera variante del mito, que resumo, dice:

La Noche de alas negras fue amada por el Viento y puso un huevo de plata en el seno de la Oscuridad. Eros nació de ese huevo y puso en movimiento el Universo. Eros era un hermafrodita de alas doradas que tenía cuatro cabezas. Unas veces rugía como un león, otras mugía como un toro, silbaba como una serpiente o balaba como un carnero. Eros creó la tierra, el cielo, el sol y la luna, pero fue la Noche la que reinó en el universo hasta que su cetro pasó a manos de Urano.



El libro de Robert Graves ha sido publicado en dos tomos en castellano por Alianza editorial.

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